El pasado domingo 30 de septiembre, en la celebración de una misa pontifical tras el traslado del Lignum Crucis, el arzobispo Juan José Asenjo bendijo un nuevo crucificado, bajo la advocación de Vera Cruz, donde la confraternidad donará a la parroquia de San Juan Pablo II de Montequinto.
El Cristo de la Vera Cruz de Montequinto, con un viacrucis en la plaza de San Francisco
Esta talla será finalmente trasladada el próximo viernes 19 de octubre a la plaza de San Francisco, donde se celebrará un viacrucis extraordinario presidido por el propio arzobispo a partir de las 19.30 horas. A su finalización, regresará de nuevo al seo hispalense.
Tanto la Hermandad de Vera Cruz de la capital hispalense, como la propia archidiócesis colaborarán en este acto, enmarcado dentro del programa de actos ‘Llamados a la santidad’.
El Cristo de la Vera Cruz de Montequinto
Esta imagen fue ejecutada por Alberto Pérez Rojas. Está realizada en madera de cedro policromada al óleo y mide 1,95 metros. La talla es heredera de los modelos clásicos de la estatuaria sevillana del siglo XVII.
La corona de espinas está realizada en madera de cedro al igual que todo el conjunto, policromada con distintos tonos verdosos que la diferencien del color oscuro del cabello. Por su forma, refuerza y completa la cabeza del crucificado que transmite una gran serenidad. El sudario se recoge en la cadena con la ayuda de una cuerda que se anuda en la opuesta; la composición de las telas ayuda a la lectura del volumen de las piernas, no distrayendo la visión de conjunto de la obra.
Con respecto a la policromía, el autor no abusa de las laceraciones ni de la sangre; el tono de piel, más bien rosado, sigue la línea del autor, matizado y modelado para ayudar a la anatomía de la figura.
Fotografía: Escultor Alberto Pérez Rojas
