Publicado por Uno de Noviembre, y desde hace más de varias décadas, la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterior Dolorosos Coronada, de la Hermandad de Monte-sión realiza su anual Rosario de la Aurora, durante el cual visita una Parroquia, Iglesia,o Convento para vivir una mañana intensa con la comunidad parroquial residente en dicho lugar, pero este 2014 fue muy especial. Especial porque dos de las dolorosas más antiguas de Sevilla, grandes devociones de la Ciudad, y de gran calidad artística se iban a encontrar frente a frente, Estrella y Rosario.
El cortejo partió desde la Plaza de los Carros en torno a las 6:15 horas de la mañana por el itinerario previsto, donde a esas horas el público era un poco escaso, pero que conforme iba avanzado se iban sumando más fieles en torno a la Señora, y rezándose cada uno de los misterios del Santo Rosario, pero en dicho traslado hacia la Calle San Jacinto iba hacer que se viviesen estampas únicas, y que posiblemente no vuelvan a repetirse como es su paso por la Calle Murillo, por delante de la Magestuosa Parroquia de Santa María Magdalena, y verla cruzar el Puente fue una imagen para enmarcar en los anales de la historia, la Virgen del Rosario de Monte-sión cruzando el Puente de Triana para encontrarse con La Estrella, momento que muchas personas no quisieron perderse e inmortalizarían dicho momento, su paso por la Capillita del Carmen del Puente, para llegar a la Plaza del Altozano, donde esperaba la Junta de Gobierno de La Estrella para recibirla. A partir de este momento, el transitar fue más lento debido a la gran aglomeración de personas que se reunían para ver como la Dolorosa del Jueves Santo cruzaba el dintel de la Capilla de San Jacinto y encontrarse con la Dolorosa del Domingo de Ramos. A las 9:10 horas de la mañana del 1 de Noviembre, Estrella y Rosario estuvieron frente a frente.
Tras la celebración de la misa, las dos corporaciones se hicieron sendos regalos, Monte-sión regaló un rosario a la Estrella; y La Estrella regaló una réplica de las estrellas que porta en su pecho cada Domingo de Ramos en su Estación de Penitencia, que fue colocada en el pecherín de la Virgen del Rosario. El recorrido de vuelta fue multitudinario, y donde se acumuló un gran retraso de casi una hora y media, entrando de nuevo en la Capilla de la Plaza de los Carros en torno a las 14:15 horas, finalizando así una jornada para el recuerdo y la historia de las Hermandades de Sevilla.
En el día de la Festividad de Todos los Santos, desde hace varios lustros las imágenes de Gloria del Rosario de San Vicente y Santa Catalina, ponen el punto y final a todas las procesiones del Rosario que suceden en la capital hispalense; para así acercarnos al final del ciclo de las Glorias con las procesiones de la Reina de Todos los Santos y la Virgen del Amparo el próximo fin de semana.
A las 18:30 horas, con el atardecer sobre la ciudad salió desde su exilio en San Román la imagen de Nuestra Señora del Rosario, perteneciente a la Hermandad del Carmen y Rosario de Santa Catalina, hermandades que se fusionaron hace ya algunos años, para evitar la decadencia en la que aquellos tiempos estaban sufriendo la mayoría de las Hermandades de Gloria. Procesionando aún sobre un paso en madera tallada se presentó la Señora en la calle con sones del «Himno Nacional» interpretado por la Banda de Música Municipal de La Algaba, la cual mostró un gran repertorio durante todo el recorrido. Hizo saludo a todos los Conventos y Hermandades por las que transitó la procesión, como el Espíritu Santo donde la Virgen llegó a los sones de «Amargura» para posteriormente las monjas rezarle una oración y contunuar el caminar la Virgen con «Coronación de la Macarena». Exorno floral a base del tradicional gladiolo blanco y nardo.
Media hora más tarde, en torno a las 19:30 horas, desde la Parroquia de San Vicente salió la imagen de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la Feligresía de San Vicente culminando así los cultos a esta imagen. Salió a los sones de la Banda de Música «Ntra. Sra. del Sol» la cual interpretó un gran repertorio de marchas clásicas y no tan clásicas como «Mi Amargura», «La Sangre y la Gloria», «Coronación de la Macarena» entre muchas otras. Como el año anterior, la imagen procesionó sobre el paso del Señor de la Divina Misericordia, con los cuatro ángeles ornamentales del misterio de Las Siete Palabras en las esquinas del canasto e iluminada por los candelabros de la Pastora de San Antonio. Portaba el manto de salida de la Virgen de los Remedios que cada Miércoles Santo sale junto al Señor de las Siete Palabras, con tres rosas en su mano derecha, cada una de diferente color, y en su pecherín, multitud de joyas regaladas por todos los devotos, vecinos y feligreses. Entró pasadas las 22:10 de la noche, poniendo punto y final a una jornada intensa en San Vicente.
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